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Mostrando entradas de marzo, 2021

"Huida", para Clara Campoamor. - Marta López Nazco.

  “Clara, tienes que quitarte esas ideas de la cabeza”.   No, son aquellos que me ven como inferior los que tienen que hacerlo. Papá murió cuando yo era pequeña. Él era contable. Mamá era costurera. Y yo, con solo diez años, me vi obligada a abandonar mis estudios para poder salir adelante junto a ella. Viví en Zaragoza y en San Sebastián, y trabajé muy duro para poder volver a Madrid, para estar en casa de nuevo. Tuve la suerte de llegar a ser una de las primeras mujeres abogadas de la época. Y yo me preguntaba: “si pude armarme de valor para marcharme, si tuve que trabajar tan duro, si he conseguido sola todo esto demostrando toda mi valía… ¿Por qué mi palabra vale menos, por qué mi poder de decisión no era el mismo que el de otros? Soy mujer, y soy igual de valiente que cualquier hombre. No tengo miedo a alzar mi voz cuando alguna injusticia intenta hacer sombra en mi vida o en mi entorno. Algunos pueden haberme tachado alguna vez de loca, de revolucionaria, o usar acompañad

"Yo quiero ser como mamá". - Marta López Nazco

“Yo quiero ser como mamá”. Eran las palabras que más salían de mi boca cuando era pequeña, o eso solía decir mi padre cuando hablaba con orgullo de mí.   Y mamá también sonreía al escuchar como lo decía. Ella estaba encantada de que yo quisiera dedicarme al deporte de manera profesional.   Si yo pude hacerlo fue porque, en su época, ella fue la que abrió la puerta a toda mujer que amara el tenis como ella lo hacía. Charlotte Cooper. Chattie, para todos los que la vieron crecer pegada a una raqueta. ¡Cuántas veces tuvo que escuchar mamá que sus sueños de jugar al tenis eran solo eso! Absurdos sueños… Pero ella no se dejó vencer, siguió creciendo, mejorando… Y tenía 23 años cuando consiguió su primer título absoluto. Por aquel entonces, el deporte era algo dominado por una supremacía masculina que ella catalogaba como absurda. Ella sabía que era válida, y aunque su oportunidad llegó tarde, cuando la pudo agarrar, no la soltó. Se aferró a ella. Cuando el año 1900 llegó, y en los Ju