"Huida", para Clara Campoamor. - Marta López Nazco.
“Clara, tienes que quitarte esas ideas de la cabeza”. No, son aquellos que me ven como inferior los que tienen que hacerlo. Papá murió cuando yo era pequeña. Él era contable. Mamá era costurera. Y yo, con solo diez años, me vi obligada a abandonar mis estudios para poder salir adelante junto a ella. Viví en Zaragoza y en San Sebastián, y trabajé muy duro para poder volver a Madrid, para estar en casa de nuevo. Tuve la suerte de llegar a ser una de las primeras mujeres abogadas de la época. Y yo me preguntaba: “si pude armarme de valor para marcharme, si tuve que trabajar tan duro, si he conseguido sola todo esto demostrando toda mi valía… ¿Por qué mi palabra vale menos, por qué mi poder de decisión no era el mismo que el de otros? Soy mujer, y soy igual de valiente que cualquier hombre. No tengo miedo a alzar mi voz cuando alguna injusticia intenta hacer sombra en mi vida o en mi entorno. Algunos pueden haberme tachado alguna vez de loca, de revolucionaria, o usar acompañad